Darte cuenta
A veces, no queremos darnos cuenta.
A veces buscamos callarnos, cegarnos, distraernos.
Para no aceptar lo que está siendo. Para evitar el cambio.
Pero, esto tiene límite de tiempo. Porque a base de nuestra voluntad, o en contra, el cambio va a pasar.
El universo te habla con un mensaje sutil, y te vuelve a hablar con otro más firme, y cada vez es más fuerte.
El mensaje es más claro.
Y la resistencia a darnos cuenta (ó a hacer el cambio) es lo que nos puede llegar a causar sufrimiento, o de forma más directa, ES lo que nos causa sufrimiento.
Esa resistencia, ese aplazar las cosas, por miedo al cambio, por miedo a perder la sensación de control, de ‘saber que va a pasar’ (es una ilusión, por cierto) es lo que nos paraliza de crear los cambios necesarios.
Cuando el tiempo de aplazar se expira,
Cuando te das cuenta,
y la voz de la consciencia es más fuerte que tus distracciones, tus excusas;
ahí entra un gran poder que tenemos: ELEGIR.
Tenemos el poder de elegir, y cuando no lo hacemos, nos toca decidir, y cuando no logramos eso, entonces nos toca ‘resignarnos’, de cierta manera, a lo que es.
El cambio es la única constante, la vida sigue, y queramos o no, tomemos acción o no, las cosas se van a seguir moviendo, las cosas van a seguir cambiando.
Entonces, si ya te diste cuenta: ¿Vas a elegir lo que quieres? ¿Vas a esperar a que te den a elegir (usualmente entre una u otra cosa)? ¿O dejarás que se decida por ti?